Miryan Smiguel y Juan Besverji son pioneros en la zona en el cultivo de uvas y siguen apostando a este tipo de producción aun con las dificultades que esto implica.

Viven en el Lote 137 del Paraje Las Tunas a 8 kilómetros de Apóstoles. Los parrales que tienen hoy en día datan del año 1957. El que inicio el cultivo fue el padre de Juan Besverji  y este al heredar la chacra mantuvo estos parrales, que pueden llegar a durar 100 años.

Juan y Miryan tienen media hectárea plantada, para ellos es un cultivo tradicional y recogen  las enseñanzas  de sus antepasados. En el año 2000 comenzaron a trabajar en la plantación y extensión de nuevos parrales.  Tuvieron que esperar de dos a tres años para tener una buena cosecha, si es un buen año la vid llega a dar 15 kilos y hasta un promedio de 30 kilos si la planta es mayor.

La cosecha se hace manualmente, el corte de los racimos de uva comienza  desde muy temprano para que el sol no termine de quemar la fruta y para cuando se lleve a vender esté en condiciones y la fruta no se pase. De este  proceso participa toda la familia cortando los mejores racimos para consumo y para hacer el vino. Las uvas se comercializan en Apóstoles y se destina una parte a la producción de un  vino artesanal, dulce y perfumado.

Para aprender nuevas técnicas y conocer cómo adaptar otras plantas de uva en la zona, con un grupo de vecinos  participaron en los cursos que dictó el INTA sobre cultivo de la vid. Por el tipo de clima de la provincia resulta  difícil el cultivo solo algunos tipos de planta se adaptan como la uva Sirax.

En la chacra también tienen  otro tipo de cultivos anuales como yerba, mandioca, maíz, zapallo, además crían animales como pollos y gallinas. Este año sus cultivos sufrieron la sequia que azota a la provincia.

El problema de la sequia es perjudicial para estas plantas el sol quema las hojas, estas caen y dejan el racimo al descubierto  lo que hace que no maduren las frutas de forma pareja, algunas quedan verdes y otras se achicharran. Miryan conto que necesitan invertir en medias sombras para que el sol no queme a las hojas y las uvas y  también para mejorar el sistema de alambrado que a veces no se puede arreglar por falta de insumos o dinero.

El riego de la planta también se hace a mano, con una bomba y una manguera,  Miryan comentó que también requieren  de ayuda para mejorar el  sistema de riego para poder dotar de mayor humedad a la tierra y a las plantas para que estas crezcan mejor, ya que son frutas que dependen del agua y la humedad para desarrollarse en todo su potencial.

Este año por las inclemencias del tiempo y por no poder contar con una mejor infraestructura Juan nos explico que se perdió casi el 80% de la cosecha, lo que pudieron sacar es poco pero es una buena producción ya que ellos seleccionan las frutas que van a ir a venta y siempre eligen las que están en mejores condiciones.

Fuente: Prensa Municipalidad de Apóstoles